DILATACIÓN PRECOZ O LATENTE Y ACTIVA
FASE UNO: DILATACIÓN PRECOZ O LATENTE
La primera fase del parto es la de dilatación, en la que podemos diferenciar un primer momento de dilatación precoz, latente o pasiva, que es cuando se inicia la apertura del cuello uterino.
Esta etapa suele ser la más larga y por suerte la menos intensa; de hecho, la mayoría de mujeres ni se percatarán de su incipiente dilatación hasta que el ginecólogo las explore en sus consultas anteriores al parto.
El borramiento, ablandamiento y la dilatación del cuello uterino hasta los 3 centímetros que caracterizan esta etapa pueden alcanzarse en un periodo de días o semanas sin que se produzcan contracciones molestas.
La oxitocina pasa suavemente a la sangre y la mujer empieza a tener contracciones poco perceptibles. Estas contracciones son habituales a partir de la semana 35 de gestación, pero no llegan a ser regulares, progresivas ni intensas como para pensar que ha llegado el momento del parto y acudir a la clínica. Sin embargo, sí son una señal de que se acerca el día.
Los síntomas que se pueden percibir son dolor de espalda (ya sea con cada contracción o de modo constante), dolor pélvico similar al de la menstruación, indigestión, diarrea, sensación de calor en el abdomen...
En buena medida la calidad de nuestro parto puede depender de esta etapa, ya que no es lo mismo llegar a las verdaderas contracciones con tres centímetros "de ventaja" y con el cuello del útero borrado, es decir, ya adelgazado y acortado.
FASE 2: DILATACIÓN ACTIVA
La dilatación precoz o latente da paso a la fase de dilatación activa. Aquí el cuello del útero pasará de 3 a 10 centímetros de dilatación para abrir el canal del parto y permitir la salida del bebé.En esta fase, las contracciones ya son rítmicas, fuertes y más seguidas, aunque en cada mujer su intensidad y ritmo variarán, dando como resultado dilataciones de muy distinta duración. Se puede dilatar un centímetro por hora, pero también se puede avanzar más rápidamente, especialmente si ya se ha parido con anterioridad.
Se dilatará hasta llegar aproximadamente a los 10 centímetros, que será cuando el bebé ya podrá asomar la cabecita y salir en la fase siguiente, el expulsivo. En este momento conviene poner en práctica todas las técnicas para aliviar el dolor, como la respiración y otras técnicas no farmacológicas, o de decidir si queremos la epidural.
También es importante la actitud mental y de relajación, ya que pude ayudar a superar una dilatación angustiosa y hacerla más llevadera. El padre tiene un papel fundamental en este sentido y también el personal hospitalario que nos acompañe si es el caso.El dolor que acompaña a esta fase es debido a que los esfuerzos del útero son muy concentrados y cuando el útero se contrae fuertemente tiende a expulsar toda la sangre que hay en sus fibras musculares, que son exprimidas.
La ausencia de sangre produce falta de oxígeno en el músculo y eso es lo que determina el dolor.Cuando la contracción termina el músculo se expande, se relaja y vuelve a recibir el riego sanguíneo, oxigenándose de nuevo, siendo cuando cesa momentáneamente el dolor.En este periodo de borramiento y dilatación se suele romper la bolsa amniótica y se pueden diferenciar 2 etapas: la dilatación acelerada hasta los 5-6 centímetros y la dilatación avanzada hasta los 10 centímetros.