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EPISOTOMÍA

¿QUÉ ES UNA EPISOTOMÍA?

Es la incisión que se realiza en el introito para ensanchar el tercio inferior de la vagina, el anillo vulvar y el periné.


¿PARA QUÉ SE REALIZA?

Se realiza con la intención de acortar el periodo de salida del feto por el canal del parto y evitar así la producción de desgarros complicados que implicarían más riesgo de hematomas e infecciones.

También para evitar una excesiva y mantenida distensión de los músculos del periné, que, con el tiempo, tendría como consecuencia el prolapso genital (descenso de vejiga, útero o recto e incontinencia urinaria).

¿CUÁLES SON SUS INDICACIONES?

Maternas: Periné poco elástico o muy resistente, muy musculoso, muy corto, alargado y de musculatura atrófica o vagina poco elástica.


Fetal: Prematuridad, macrosomía, distocia de hombros, presentación de nalgas, o cefálicas en posición occipito-sacra (mirando hacia arriba) o deflexionada (cabeza extendida).



¿CÓMO SE SUTURA?

La reconstrucción de la incisión debe hacerse respetando al máximo la anatomía, para mantener íntegramente la función de los músculos y evitar la formación de cicatrices patológicas.

Se propone utilizar un tipo de hilos de los denominados absorbibles para no tener que retirarlos posteriormente.


Existen diferentes técnicas. Normalmente se inicia la sutura de la vagina en el ángulo donde ha llegado la episiotomía o desgarro. El plano muscular es muy importante repararlo de la forma más anatómica posible. La forma de la fascia se aproxima procurando que los bordes de la herida queden próximos entre sí. Finalmente, la piel se suturará con hilo que se reabsorba más rápido que los anteriores e intentando que los puntos no estén extremadamente apretado y puedan aumentar el dolor de la incisión.

COMPLICACIONES


  • Infección.

  • Dehiscencia o separación de la episiotomía.

  • Edemas, hematomas.

  • Dispareumia (dolor durante las relaciones sexuales) transitoria o permanente.

  • Cicatrización dolorosa y molesta.

  • Reacción alérgica al hilo empleado para la sutura.

  • Abscesos subyacentes.

  • Retractación muscular o nerviosa

  • Nódulos, granulomas inflamatorios, cístulas ano-vaginales.

  • Endometriosis de la cicatriz.

  • Pérdida de sangre, anemia.

  • Trauma psicológico.



CUIDADOS E INFECCIONES

Inmediatamente después del parto se utilizan compresas frías o hielo local, ya que disminuye la inflamación y ayuda a aliviar el dolor. La herida se inspeccionará previamente por el personal sanitario durante el cuerperio hospitalario. Se deben realizar lavados una o dos veces al día con agua tibia dando toques con agua o paño limpio después de los lavados.


Tomar ablandadores de heces o mucha agua evitará el extreñimiento, y con ellos que se tengan que expulsar heces más consistentes que impliquen un mayor dolor en la defecación. Se pueden utilizar analgésicos y antiinflamatorios si se tiene dolor.


Son pocas las episiotomías que se infectan. En caso de producirse, la infección es localizada, con afectación de la piel y tejido celular subcutáneo adyacente a la herida.

Aparecen signos locales de inflamación. En este caso hay que proceder al desbridamiento y drenaje de la herida, dejando que cierre por segunda intención y administrar antibióticos.


Cambia gradualmente a medida que se acerca el día del parto y el bebé crece dentro de nosotras.
¿QÚE NOS OCURRE?
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